En el alejado horizonte, aquél paisaje se hacía apreciar a simple vista con su característica belleza, no tenía idea de que hacía allí pero de todas maneras estaba tranquilo; "Tranquilo" no, me estaba tratando de engañar a mi mismo, la tranquilidad no yacía en mi desde hacía mucho tiempo, estaba inestable y esa sensación generaba una repugnancia a todo lo "bueno" y, por mas de ser un shinigami, un cegador de almas, mi rencor todavía regía en una gran parte, demasiado importante dentro de mi. La luz del día se apagaba, la noche se aproximaba y aquél bello paisaje se volvía otro frío mar de oscuridad sobre el cielo, quizás la noche iba mas conmigo, mas no lo sabría ni tampoco me interesaba descubrirlo, lo único de mi interés era sacarme de encima ese mal humor, esa inestabilidad que jugaba con mi estado de animo, en otras palabras; quería descargarme de alguna manera pero, ¿sería eso posible?. Estaba en medio de un gran bosque, rodeado de árboles pero donde estaba parado yo era justamente el corazón de dicho bosque y estaba despejado por varios metros.
Estar en ese lugar solo significaba una cosa, nadie además de mi estaría allí y por ende, eso significaba que no podría descargarme con nadie a menos de que ocurra un milagro y alguien mas se presente en dicho lugar.