DIAS COMO SHINIGAMI

Aburida como casi todos los días la chica de cabellos rubios empezó a caminar con la lentitud y prosa de quien tiene todo el tiempo del mundo para poder estarlo gastando en ese lugar; un poco de despreocupación más en su vida y todo estaría marchando, pero marchando para el desatino, y es que esta mujer de cabellos negros ya no encontraba tanto gusto en lo que hacía, los viejos esos la habían engañado y las cosas no fueron como ella pensó en algún momento, es que de toda la SS, el seireitei era para ella el sitio más aburrido del mundo, más entretenida se la pasaba en los distritos del Rukongai, por lo menos ahí hacía alguna que otra cosa.

La shinigami de la quinta división estaba pensando que ese sería otro día aburrido, sin embargo la luz del sol que oblió a la joven mujer a desviar sus ojos y esconderse debajo de un techo hizo que notara la presencia de una chica de cabellos color naranja, como la verdad no quería estar sola en ese lugar decidió dejar su antipatía de lado y dedicarse a conocer a esa joven; razón por la cual la shinigami hizo aplomo de todas sus fuerzas se cubrió la cabeza con un manto para taparla del sol y se acercó a esa shinigami para decirle:

-HOla... Al parecer tú también has decidido dar un paseo como yo. Mi nombre es Haruna ¿Cuál es el tuyo?

La joven shinigami escuchó lo que dijo la chica con la que había empezado su charla, esperaba que fuera un diáologo más largo, porque la verdad con aquella respuesta ella sólo podía argumentar dos cosas, por lo tanto todo sería un poco complicado para ella, ya que no solía ser tan sociable, de hecho si ahora estaba ella hablando en ese lugar, era por el principal hecho de que era necesario conocer el sitio donde ella iba a vivir por mucho tiemo. Una vez que la mujer de cabellos rubios terminó de pensar lo que iba a decirle a esa joven empezó a argumentar:

-Es un gusto conocerla, me alegra mucho poder encontrar a alquien con quien hablar, la verdad es que he venido a este lugar porque nada tengo que hacer en este sitio, todo parece tan aburrido que no me quedan deseos de regresar otra vez allá.

Haruna guardó silencio y se volvió a mover, el sol estaba molestándola otra vez, tenía muchas cosas de las cuales esconderse, pero la que encabezaba la lista de las cosas que no le gustaban a la shinigamis, era el sol, odiaba sus rayos dorados caer sobre su piel tinéndola de un color extraño a ajeno al que tuvo con su nacimiento, sin embargo por alguna razón la persona con al que queria hablar ya no estaba ahí, por lo que la mujer de cabellos rubios se sintió bastante rara y sola así que decidió optar por la solución más coherente para esos casos, la cual era marcharse con un shumpo, y así lo hizo sin pensarlo dos veces.