La señal. Aviso a los shinigamis.

La mujer de los cabellos amarillos llegó al lugar del mundo humano donde su compañera se encontraba analizando la situación. El paisaje no le pareció de lo más interesante exceptuando por la presencia de un tronco de árbol derrumbado al parecer por la fueza descomonunal de su enemigo. COn los ojos abiertos, la mujer no pudo evitar mostrar su sorpresa, puesto que estaba ante lo que podría ser la manifestación del poder de un arrancar.

Con algo de sorpresa un poco menor a la anterior, la mujer observó el entierro de alma de su amiga. Le pareció que era bastante dulce al momento de hacer tal acción y pensó que quizá no era necesario que ella dijese todas esas cosas a las almas para enterrarlas; también vio como aquella joven estaba llevando un aparato bastante peculiar que le permitía ver el reiatsu que se encontraba cerca. Por primera vez en mucho tiempo Haruna empezó a desear algo, y era el poder ver aquel aparato de cerca, pero justo cuando iba a acercarse para poder observarlo, su compañera les dijo que tenía que ir a otro lugar y que ellas dos hicieran el favor de encargarse de esas dos personas que estaban un poco más lejos y que obviamente no podían verlos, o eso suponía ella, ya que una de esas personas parecía haber reparado en sus presencias.

-¿Pero cómo se supone que haremos eso? ¿Tengo que recolectar información acerca de ellas? ¿Te irás así no más?- Preguntó Haruna mientras su amiga se iba haciendo un shumpo y dejándola sola con el otro shinigami, a quien no conocía ni por asomo, pero con el que tenía que aprender a llevarse bien costara lo que costara, porque de otro modo la misión podría fracasar bastante feo.- Bueno supongo que no hay más remedio no?

Haruna suspiró y recordó algo acerca del poder del arrancar y como si fuese algo bastante normal, la mujer empezó a hilvanar ideas y conjeturas en su cabeza, las cualesn o demoró en decidier expresar a aquel joven que parecía tener algo más de información en su cabeza que ella.

-Oye... ¿Viste el poder de nuestros enemigos? Y pensar que lo obtienen al comer almas... ¿Dime qué pensarías tú si se encontrase no sé... La forma de que un shinigami aumente su poder haciendo algo semejante? - Haruna miró a aquellas mujeres que estaban a pocos pasos de ellos y siguió diciendo -¿No te gustaría poder obtener más poder comiendo hollows?- La mujer guardó silencio y esperó su respuesta, puesto que lo que ella estaba preguntando de verdad era importante y tenía la certeza de que quizá podía ser real si alguien se ponía a imaginarlo y se atrevía a realizarlo. El asunto de esas dos mujeres aún podía esperar un poco.

La shinigami escuchó lo que decía aquella mujer de aspectro extraño. Esta decía algo sobre traerle las almas de unos oficiales y también se estaba dedicando a darles la explicación del por qué estaban muertos, cosa que no le importaba en lo más mínimo puesto que para ella era importante en extremo el que la información del arrancar del arrancar que hizo todo ese desastre fuese revelada. Tenía que admitir que primero tenía que buscar información acerca de esa mujer también, porque después de todo para ella era alguien raro y poco común. No podía aventurarse a para nada y menos arriesgarse a bajar la guardia con esa mujer desconocida.

Pronto la obsesión más grande de Haruna ocupó su mente de inmediato. Esa mujer afirmaba haber visto al causante de todo el relajo y más que todo parecía haber sobrevivido a su encuentro. Pronto las almas de esos seres le parecieron estorbosas, por lo que lejos de ser amable con ellas como lo había sido su otra compañera, la mujer de los cabellos largos puso el mango de su espada sobre la frente de uno de ellos y le dijo en tono casi monocorde:

-Has muerto y todo lo que conlleva eso está sobre tus espaldas. Así que quédate quieto y salúdame a todos allá.- Una vez dicho esto una luz brilló y el alma desapareció, luego con cara de pocos amigos, la shinigami se dirigió a los otros dos y les dijo- Me da flojera repetirles lo mismo, ya saben que tienen que irse así que adiós.- Haruna hizo el mismo proceso que con el alma anterior y ellos desaparecieron dejando a la shinigami y a su compañero con la mujer del kimono.

-Entierro de almas... Si tan solo dieran más poder...- Haruna guardó su espada y siguió diciendo- Bueno mujer habla de una vez... Cómo era ese arrancar. ¿Cuánto poder percibiste? ¿Cómo lucía? ¿Dijo a donde se dirigía?´¿Había más con él?

Haruna estaba tratando de saber qué era lo que esa mujer había visto, pero desgraciadamente para ella algo de su entendimiento le decía y le indicaba que no había forma de saber lo que esa mujer decía haber encontrado porque no es lo mismo ver que escuchar lo que otro le cuenta a uno, así que en vez de perder su tiempo en ese lugar, la mujer de los cabellos rubios decidió que lo mejor era buscar la forma de marcharse para encontrar más información.

-No tiene caso... No comprendo mucho cómo es que tú, has podido verle y salir viva. Personalmente te levaría a toda costa para que los del escuadrón investigativo te analizaran, pero en estos momentos es vital que reúna información más importante. Espero verte en otra ocasión, o no sé si de pronto mi compañero decida tomar mi idea. Sea como sea si descubro que tú has tenido que ver con esto no te garantizo un buen destino.

Haruna dijo esto y un suspiro salió de su boca, puesto que se dio cuenta que necesitaba parar ya con su obsesión sobre los arrancar y sus supuestos aliados en el mundo humano, pues estaba más que claro que tal obsesión y neurosis con ellos no podía dejar que ella se desarrollase como una shinigami ideal para poder defender la SS. No era apropiado que ella se portase de esa forma tan frenética, puesto que ella era parte de la milicia de la sociedad de almas y no podía hacer quedar mal a su institución.

-Bueno me regreso otra vez, porque no he encontrado nada interesante. Tú si deseas puedes quedarte, yo por mi parte me marcho ahora.- Haruna dijo estoy acto seguido hizo un shumpo para marcharse de ese lugar, puesto que nada tenía que hacer ahí.