Rehabilitación de Shuuhei

Lentamente comencé a abrir los ojos. No veía más que el blanco absoluto. La misma visión que tuve al despertarme cuándo sólo era un humano, poco antes de mi muerte. El ventilador del techo movía lentamente sus aspas, por la simple corriente de aire que entraba desde la puerta.

Aún tenía la vista borrosa, poco a poco se iba haciendo más nítida, al igual que su capacidad auditiva. Oía algunas voces, pero no llegaba a saber que decían o a quién pertenecían. Iba recuperando el sentido con lentitud, y en su memoria, solo podía ver algunas imágenes de lo que le pasó. Un arrancar, frío, nieve...el Pueblo de Karakura...

Shuuhei empezó a removerse inquieto, en la cama. Empezó a sudar fríamente y fue abriendo los ojos cada vez más, incómodo por aquella situación.

¡¿Qué ha pasado con el Pueblo de Karakura!? -gritó desconcertado, mirando hacia los lados intentando identificar a alguien en la habitación.

Después de tener un día sumamente aburrido, me llegó un informe del incidente en el hospital de Karakura, en el mundo de los humanos. Un arrancar destrozaba todo a su paso, algo aterrador, por lo que se mandó a varios shinigamis para detenerlo. Uno de ellos, el teniente del primer escuadrón, Shuuhei, resultó gravemente herido. Practicamente, fue congelado, según los informes. Asi pues, nada más saberlo, salió de su despacho y se dirigió rápidamente a la habitación asignada al teniente.

De un portazo entró en la habitación, con paso ligero, y hechó un rápido vistazo. El chico, el cual no conocía, estaba tumbado en la cama. Como no conocer, no conocía ni al nuevo comandante. Pero sus viajes no le permitieron tener ningún contacto con el Seireitei ni con los altos mandos.

-Hola teniente Shuuhei, yo soy Lal Mirch, la capitana de este escuadrón, veamos que puedo hacer por tí- diciendo estas palabra con mucha seriedad y determinación. Apartó su capa de sus brazos, y remangó sus mangas...


Después de examinar rápidamente, y de comparar el informe con las heridas, respiró aliviada

-Vas a tener suerte, es pan comido que salgas de peligro, a partir de ahí te curaras automáticamente- dijo acercando sus manos al teniente. De sus manos salía reiatsu, lo estaba curando, y en seguida se volvería a sentr mejor. Despues de unos minutos, se secó su frente, y con un pequeño atisbo de sonrisa, le dijo- aunque te notes mejor, ten cuidado, no te esfuerces demasidado de repente.


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Las puertas de a sala donde estaba ingresado mi teniente se abrieron de par en par, Edward estaba debajo del marco de la puerta, con las manos extendidas hacia los lados, manteniendo abiertas las puertas de aquella sala. Su respiracion era agitada y sus ojos estaban bien abiertos, era de decir que estaba bastante preocupado por la vida de su teniente, aparto las manos de las puertas que se cerraron detras de si con un balanceo que termino parandose hasta quedar cerradas completamente

Shuuhei!! Shuuhei!!!

Avanzaba rapidamente, habia al lado de lla una mujer de cabellos azules que me llamo la atencion, su figura me sonaba bastante, pero estaba tan centrado en mi teniente que no pensaba en nada mas, me acerque a la cama y pude comprobar que estaba vivo unos shinigamis entraron detras de mi, venian siguiendome preocupados por que habia salido muy rapido despues de enterarme de la noticia de que Shuuhei fue gravemente herido

Como has dejado.. que te pase esto... no puedes ponerte tan en peligro... Aun asi, se que habras hecho un gran trabajo y que lo habras dado todo.. Buen trabajo amigo, ademas cumpliste la mision mas importante que es volver con vida, ahora descansa y ya me daras los detalles de la mision

Me gire hacia donde estaba la supuesta doctora, mi volvio a llamar la atencion, parecia como si la conociera de algo, como si sus ojos me hubieran mirado en otra ocasion, imaginacion mia? estres del momento?

Disculpe señorita, me puede decir como se encuentra mi teniente y cual es la gravedad de sus heridas?

De lejos se venían escuchando unos pasos, varios pasos. Se sentía también un reiatsu bastante importante, seguido de otros más insignificantes. Las puertas, se abrieron de par en par, irrumpiendo el silencio de la habitación. Un chico, de pelo rubio, alto, parecía joven, y estaba muy agitado. Tras él habían varios hombres, preocupados al parecer. Rápidamente se colocó de espaldas a ella, mirando con gran preocupacion al teniente. Iba a decirle porque cojones netraba asi en la habitación, molestando al paciente, pero antes se dio cuenta de algo importante..

Al verlo de espaldas vio que tenía la capa de capitan del 1er escuadron, cosa que le impacto bastante, nunca lo había visto desde su regreso. Despues de deciarle unas palabras de preocupación a su amigo, Lal se quedó impactada, clavada en el suelo. Totalmente inmovil, pensaba "no puede ser..." Y ya cuando él se giró para preguntarle que tal estaba, se dió cuenta de que sus suposiciones estaban en lo correcto.

Como has dejado.. que te pase esto... no puedes ponerte tan en peligro... Aun asi, se que habras hecho un gran trabajo y que lo habras dado todo.. Buen trabajo amigo, ademas cumpliste la mision mas importante que es volver con vida, ahora descansa y ya me daras los detalles de la mision


Tenía la mente en blanco, y sus ojos abiertos como platos. Los brazos tensos alrededor del cuerpo, parecía que había visto un fantasma. Su mano intentaba señalarle, mientras intentaba decir algo, pero el momento no le dejaba. Lal Mirch estaba en shock.

T--tu... Ah..--Er..--- Su dedo acusador no dejaba de temblar, y no era capaz de pronunciar palabras en condiciones- Uh a... el.. el paciente estar--.. mucho mejor-- parecia hablando un robot en vez de un shinigami, se tropezó , y cayó de culo. Este glpe pareció hacerla entrar en razon, asi que se levantó fugazmente y dijo, señalandolo de nuevo, pero esta vez con una cara de sorpresa maxima:

E-- Eres tu!!!! E--enano?..Bueno ya no, pero... ¡¡¡Edward!!!??

Sus ojos de color miel mostraban una perplejidad increible, hacía tiempo que no sentía una sorpresa tan grande...

Poco a poco mis sentidos se iban haciéndose cada vez más nítidos. Podía ver como alguien se mantenía a mi lado. Notaba a duras penas como un Reiatsu ajeno a mí entraba en mi sistema y me iba sanando poco a poco. Estaba vivo después de todo, pensaba que nunca más volvería a despertar de aquella muerte gélida. Tragó saliva con dificultad e intentó moverse un poco, pero de poco sirvió, tan solo pudo abrir los ojos un poco más para distinguir qué estaba en los aposentos del 4º Escuadrón.

Se preguntaba cómo habría llegado allí, ya que sólo recordaba su cuerpo yaciendo en la fría nieve, ante aquel monstruo al que había hecho frente sin demasiado éxito. Esperaba que al menos aquella locura hubiera servido para ganar tiempo a los demás capitanes y poder salvar el Pueblo de Karakura...esperaba estar en los cierto, si no, no sería más que una basura como Shinigami...

A Shuuhei le pareció oír un estruendo, y con todas sus fuerzas giró su cabeza hacia la nueva figura que había aparecido a su lado. Sus sentidos iban despertándose, hasta saber incluso a quién pertenecía aquella fuente de Reiatsu. Era su capitán, había acudido rápido al saber de la estancia de su Teniente en aquel sitio.

Como has dejado.. que te pase esto... no puedes ponerte tan en peligro... Aun asi, se que habras hecho un gran trabajo y que lo habras dado todo.. Buen trabajo amigo, ademas cumpliste la mision mas importante que es volver con vida, ahora descansa y ya me daras los detalles de la mision.

Shuuhei volvió a tragar saliva, a duras penas, y figuro una mueca semejante a una sonrisa en sus labios, intentando fijar su mirada perdida en Edward.

-Capitán...si-siento no haber servido de nada...siento vuestra preo-preocupación...yo...sólo quería saber el Pueblo de Karakura...a fin de cuentas...era mi deber ¿No?...Y creo que no he conseguido demasiado...soy..una...b-basura...

Solo alcanzaba a hablar entre balbuceos, costándole aún el poder haber con claridad. Luego miró a la chica que se hallaba a su lado, debía de ser la capitana del 4º Escuadrón.

-Gra-gracias...capitana, pero...¿Por qué le permitís la vida a alguien que no sabe defender como es debido el honor de la Sociedad de Almas...?

Nuevamente agachó la mirada, esperando las reprimendas por no haber cumplido con su encargo de facilitar la supervivencia de los humanos...quién sabe lo que aquel monstruo podría haber hecho en aquel pueblo...

Esperaba encontrar al teniente solo, pero mientras andaba por el pasillo alcancé oir un par de voces,
el capitán Edward y Shuuhei parecían mantener algún tipo de discusión y junto a ellos Lal Mirch, capitana del 4º escuadrón.

-Capitán...si-siento no haber servido de nada...siento vuestra preo-preocupación...yo...sólo quería saber el Pueblo de Karakura...a fin de cuentas...era mi deber ¿No?...Y creo que no he conseguido demasiado...soy..una...b-basura..
Gra-gracias...capitana, pero...¿Por qué le permitís la vida a alguien que no sabe defender como es debido el honor de la Sociedad de Almas...?


-Vaya vaya-dije colándome en la habitación - Espero no interrumpir nada importante, buenos días, Edward san, Lal san y Shuuhei san. ¿Qué? ¿Cómo está el enfermo?- sonreí tratando de quitar algo de tensión a la situación que parecía haberse formado en aquella sala, el capitán Edward parecía bastante afligido, no conocía muy bien su relación con Shuuhei, pero parecía ser por su expresión que él era muy importante para su capitán.
Suspiré y apoyé la espalda en el marco de la puerta de entrada a la habitación.

Le pregunte a aquella doctora la cual parecia ser por su traje la capitana del cuarto escuadron, otra mas que aun no conocia, y que por primera vez veia, siguia sonandome extrañamente su apariencia y ciertas imagenes del pasado se me venian a la mente, una chica de cabello azul... esos ojos color miel y... esa voz? Mi cara mostraba confusion y mis dedos indice y pulgar de mi mano derecha sostenian mi menton haciendo incapie de duda y de confusion....

Mientras pensaba, la chica comenzo a actuar de forma extraña, sus palabras no se centraban correctamente no la entendia muy bien y termine despertar de mi momento de confusion cuando la vi caer al suelo, me sorprendi e intente levantarla pero ella rapidamente se incorpore enseñandome su dedo amenazante mientras grito mi nombre de una manera que no habia olvidado, entonces lo recorde, no podia olvidar esa voz, esa manera de hablar , esa actitud conmigo

Ese grito!! Esa mano amenazante!! Lal?? Lal Mirch??? Eres tu??? Y que hace una persona como tu aqui?? Curando?? Jo jo joo veo que te has quedado por debajo de mi, como has podido encoger tanto

Me senti muy bien hablando con una persona que conocia desde pues de tanto tiempo, me senti como aquellos momento agradables y divertidos volvian, me hubiera gustado preguntarle tantas cosas pero entonces Shuuhei hablo con una palabras que no me gustaron nada, aprete con fuerza los dientes, mi frente se arrugo por el enfado, y mi puño izquierdo se cerraba con fuerza, rapidamente me gire y con la otra mano lo cogi enfadado de la ropa incluso levantandolo un poco de la cama

Como puedes llamarte basura!! Como puedes decir que no mereces vivir!! Esa!!! Es la mision principal de un shinigami, regresar vivo, mientras lo des todo estara bien, y se que tu lo diste todo en el comabte, intentaste salvar a todo lo que pusiste, creeme, de no ser por ti y los demas shinigamis, mucha gente es salvada gracias a nosotros.... no ha todo el mundo se puede salvar, muchos moriran, y debemos ser fuerte... para seguir. Si quieres ser mas fuerte entonces levantate de nuevo, y sigue luchando, no te rindas diciendo que no mereces vivir...

Solte la ropa de Shuuhei dejandolo caer de nuevo a la cama, a la vez que la capitana Mizuko entraba, suspire hondo y cogi la zampakutoh de Shuuhei que estaba en la mesita poniendosela al lado de su cuerpo, y tras dejarla apoye mi mano en su hombro a modo de apoyo hacia el, luego me levante y mire a Lal para volver a hablarle, pero los shinigamis que venian conmigo me hablaban diciendo que debia marcharme para atender otros asuntos

Lose lose... bien Shuuhei, si crees que estas en condiciones, no permanezcas mucho en esa cama, por que pronto volvere a llamarte... Lal, fue una sopresa verte aqui, no sabia de tus habilidades curativas fueran tan grandes, sabes, tengo mucho que contarte, creo que deberiamos vernos como en los viejos tiempos. Capitana Mizuko gracias por salvar a mi teniente, hiciste un gran trabajo, siempre tan atenta, a todos, los veres mas tarde...

Me fui despidiendo de uno a uno de todos, pero no tardaria mucho en volver a verlos

Una tercera figura entró en la habitación, según pude oír a mi capitán Edward, se trataba de la Capitana del 11º Escuadrón, caracterizada por ser una auténtica furia en el combate, todos sus enemigos han sido abatidos con precisión, y de una manera u otra, de formas crueles. Tragó saliva tras aquello, doliéndole aún la garganta, su cuerpo empezaba a volver a la normalidad.

Poco a poco iba removiéndose en la cama, Shuuhei respiraba cada vez de forma más estable y sus sentidos se iban desatrofiando cada vez más. Ya podía distinguir con perfecta nitidez a los Capitanes que allí se hallaban. Quién le había sanado, la capitana del 4º Escuadrón, tenía un curioso tono azul en el pelo, mientras que su capitán, como siempre, se hallaba esbelto y sin perder la compostura.

Posteriormente miró directamente a su capitán

Capitán...si-siento no haber servido de nada...siento vuestra preo-preocupación...yo...sólo quería saber el Pueblo de Karakura...a fin de cuentas...era mi deber ¿No?...Y creo que no he conseguido demasiado...soy..una...b-basura..

Gra-gracias...capitana, pero...¿Por qué le permitís la vida a alguien que no sabe defender como es debido el honor de la Sociedad de Almas...?

Como puedes llamarte basura!! Como puedes decir que no mereces vivir!! Esa!!! Es la mision principal de un shinigami, regresar vivo, mientras lo des todo estara bien, y se que tu lo diste todo en el comabte, intentaste salvar a todo lo que pusiste, creeme, de no ser por ti y los demas shinigamis, mucha gente es salvada gracias a nosotros.... no ha todo el mundo se puede salvar, muchos moriran, y debemos ser fuerte... para seguir. Si quieres ser mas fuerte entonces levantate de nuevo, y sigue luchando, no te rindas diciendo que no mereces vivir...

El Capitán Edward agarró fuertemente del cuello de los ropajes a su Teniente, levantándole sobre la cama y zarandeándole. Shuuhei tosió un par de veces, y vió la cara de asombro que ponían las dos capitanas allí presentes. A pesar de aquello, Shuuhei no podía mantener la vista fija en los ojos de su capitán, sentía que lo había defraudado...y mucho.

Lo se lo se... bien Shuuhei, si crees que estas en condiciones, no permanezcas mucho en esa cama, por que pronto volvere a llamarte... Lal, fue una sopresa verte aqui, no sabia de tus habilidades curativas fueran tan grandes, sabes, tengo mucho que contarte, creo que deberiamos vernos como en los viejos tiempos. Capitana Mizuko gracias por salvar a mi teniente, hiciste un gran trabajo, siempre tan atenta, a todos, los veres mas tarde...

Suspiró tras las palabras de su capitán, y observó como colocó su propia Zanpakutoh a su lado, apoyada en el borde de la cama. Sintió una gran punzada en el pecho, era el sentimiento de culpabilidad que lo atacaba constantemente tras aquel incidente con aquella bestia. Lentamente pero con decisión, haciendo junta de todas sus fuerzas disponibles, se quitó una de las vías intravenosas que tenía puesta en el antebrazo derecho.

Se sentó en el borde de la cama y agarro su Zanpakutoh, sirviéndose de muleta. Sus piernas aún temblaban un poco, pero tenía que salir de allí, su propio capitán lo había dicho...


Por último, reparó en la Capitana que aparentemente lo había salvado. Pelo rojizo y recogido en una coleta, un carácter fuerte y sin duda, una buena figura...Shuuhei le sonrió, pero aquello no quedaría en eso, le debía algo más que eso a la Capitana que le había dado otra oportunidad...

Por favor, no intenteis detenerme, es algo bastante personal...

Por favor, no intenteis detenerme, es algo bastante personal... dijo el teniente mientras se incorporaba, apoyando el peso de su aún entumecido cuerpos sobre su zampakutoh a modo de muleta.
Temblaba bastante, pero a pesar de eso se veía que tenía determinación por volver a lanzarse al campo de batalla.

-¿No pretenderás lanzarte así a luchar contra esos de nuevo no? Si de verdad quieres superarles, esfuerzate por recuperarte, de este modo solo vas a conseguir ponerte peor. Debes ir ahora poco a poco, a menos que la capitana Lal Mirch te indique lo contrario. - dije con algo de preocupación. Cuando le encontré no estaba precisamente en muy buenas condiciones, y habia pasado tan poco tiempo desde su recuperación...
-Pero si te sientes tan bien, -añadí- podrías invitarnos a todos a algo.-

Aquel chico, tan pequeño, frágil, aunque en su interior escondía un gran poder, se había convertido en todo un adulto, mucho mas alto que ella: Su fuerte espalda era como tres veces la de Lal, sus brazos ya no eran debiles, y su rostro no era el del niño del que se hizo compañera y amiga...

Era su superior, ese chico al cual le dió más de una vez un puñetazo. Grandes dudas sentía porque no sabía como tenía que tratarlo ahora... Hasta que...

Ese grito!! Esa mano amenazante!! Lal?? Lal Mirch??? Eres tu??? Y que hace una persona como tu aqui?? Curando?? Jo jo joo veo que te has quedado por debajo de mi, como has podido encoger tanto

Sus buenas intenciones desparecieron en un lapso de tiempo tan corto que si alguien la hubiera estandola mirando fijamente no se hubiera dado cuenta en absoluto. Unas cuantas venas, hinchadas en su frente aparecieron, sus brazos muy tensos alrededor de su cuerpo, e iba a dedicarle unas bonitaspalabras a su querido amigo, pero vió que su teniente necesitaba bastantes animos,y su trabajo no solo consistía en curar el cuerpo, también tenía que ayudarles a encontrarse bien por dentro, con ellos mismos.

Mizuko llegó a la habitación, y con su tono tan respetuoso como siempre le pregunto que tal estaba Shuuhei. Se acercó a ella y con un tono tranquilizador le dijo:

-Esta fuera de peligro, lo peor ha pasado y pronto estara al cien por cien- sonrió levemente, mostrando gratitud por venir a visitar a un paciente y además, porque era normal tratarla asi si era su hermana- y tu, que tal estas? tú lo salvaste verdad? Te hirieron?

Y entonces Edward dijo que se iba, y entre otras muchas cosas, que tenían mucho que hablar... Y su mal humor volvió. Refunfuñando dijo en un tono normal, pero muy enfadada, con los brazos cruzados, y con un tono un poco molesto, que rozaba lo dolido.

¿Que pasa con que yo cure? Acaso porque a ti te diera palizas no significa que no sepa curar? Y he crecido algo imbecil, qu tu hallas dado el estiron al fin no significa que los demas enconjamos... Y eso es lo mejor que tienes que decirme despues de años sin vernos?! Como pude pensar que habías cambiado, sigues siendo el mismo idiota con un poco mas de altura...

Uno de los guardias de Edward se enteró de todo el discurso, y puso cara de que iba a matarme pronto, pero me di la vuelta, y apoyando mi mano en la cabeza, dandole dos palmaditas de Shuuhei le intetó animar tambien ella algo:

- Vamos, no digas tonterias, un teniente que ha luchado tan bien como tú no debe se decir eso mas. Ademas, hasta un shinigami raso es muy util siempre, cualquier pequeña vida merece ser curada-aun depsues de decir estas palabras su rostro seguía serio y objetivo. Sus ojos irraiaban determinación y pasión por su trabajo- Encantada de conocerte, Shuuhei.