Callejones laberinticos...

Ante el ultimo comentario de Halia antes de salir no pude mas que lamentarme, pensando en voz alta mientras me movia a travez de la ciudad, - Que desgracia, yo queria verlas - no preste atencion al hecho de que lo habia dicho y no pensando, moviendome como podia, vigilando que Halia me estuviese siguiendo, llegando en unos momento al area donde Himari se le habia visto por ultima vez. Al llegar alli comence con una busqueda extensiva, utilizando el metodo mas conveniente de comenzarle, llevando mis brazos a mis costados formandoles en puños como si estuviese elevando mi energia, tomando una gran bocanada de aire pues le iba a necesitar, - HIMARI - SAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN!!!!!!!!! - deje escapar de mi boca con potencia, al grado de que podia ser escuchado probablemente en toda la ciudad, despertando a varias personas haciendo ladrar a una cantidad tremenda de perros y logrando incluso activar varias alarmas para carros. Al acabar ese grito voltee hacia todos lados, no viendo a mi lider en ningun lugar cercano, suspirando agotado al haber hecho tal hazaña, - bueno no esta aqui, vamos a otro lado - dije tranquilamente viendo a Halia.

La dama escucho el lamento de Takeshi a lo cual río por lo bajo mientras le seguía desde atrás a paso calmado, hasta que vio que comenzó a gritar estrepitosamente llamando a Himari, lo que ocasiono que se alborotaran algunos humanos, perros y comenzaran a sonar alarmas de algunos vehículos, la dama lo vio tranquila aquello le era común Takeshi siempre tenía sus maneras de buscar a las personas aunque fuera a gritos.
- Nah, tu crees - dijo en tono sarcástico mientras veía con tranquilidad los alrededores - ojala la encuentres - dice mientras saca una petaca la cual abre y toma un sorbo de sake - mucho mejor - dice tapando la petaca y guardándola entre medio de sus pechos, para luego seguir caminando y siguiendo a Takeshi.

El lugar se encontraba muy desolado, y reinaria el silencio si no fuera por todo aquel fuerte ruido de varios perros, gritos de gente molesta y alarmas de carro sin apagar que continuaban sonando altamente mientras continuabamos en aquel lugar. Suspirando cansadamente ante la falta de exito de nuestra busqueda me acerque a Halia metiendo mi mano entre sus senos para sacar aquella petaca, abriendole para tomar un gran trago de sake. Usualmente no bebia mucho, pues mi resistencia no era la mejor del mundo, pero a traves de los siglos, habia aprendido a añorarle en momentos como en el que me encontraba. Volviendo a cerrarlo regrese la petaca a su lugar de origen sin si quiera ver a Halia a los ojos, mirando nuevamente el panorama, buscando algo que no hubiese notado. Todo parecia ser que no encontraria nada cuando de pronto senti pequeños rastros de Reiatsu en el lugar, pertenecientes a Himari. Rapidamente comence a inspeccionar el area siguiendo aquellos rastros para de pronto pararme, observando lo que parecia el vacio, inspeccionandolo con una mano sobre mi menton. - Hay tres posibilidades aqui. Tras mi retirada una cantidad de Shinigamis aperecieron al sentir la presion espiritual del Capitan Gordin y de pronto capturaron a Himari al reconocerle como una fugitiva. 2. los webones de los arrancar vinieron por la enemiga y de pasada decidieron raptar a nuestra lider o 3. y lo mas probable...- voltee a ver a Halia, mi rostro enteramente serio clavado en sus ojos, - Himare fue raptada por Aliens - un trueno cayo en ese instante, comandado por mi reiatsu para agregar suspenso a mis palabras.

Años, años y años...y no cambias ni siquiera un poco, Takeshi de mierda...ni siquiera dejas de parecer un maldito puercoespin...incluso sigues diciendo webadas a cada oportunidad que se te presente dije, apareciendo detras de Takeshi, golpeandolo en la nuca con inusitada fuerza, aun cuando mi cuerpo apenas se moviera, debido al extremo cansancio que tenia sobre mis hombros...pero no podia hacer el sordo frente a semejante idiota

...en todo caso puercoespin...Himari estara bien, yo la conozco y ella es la unica de todos ustedes que podria hacer cagar a cualquier enemigo por la boca mientras estos comen por el culo...asi que, en lugar de estar perdiendo el tiempo aqui, porque no mejor me vas a comprar ese barril de sake? pregunte, mientras caia sobre los hombros de Takeshi, apoyando todo mi peso sobre el, hundiendolo en el piso mientras yo bostezaba con flojera y me enjugaba los ojos

El no hacer nada la estaba aburriendo demasiado, claro hasta que cierto personaje le quita su preciada petaca para tomar un sorbo y volver a dejarla donde la encontró, para luego comenzar a escuchar algunas incoherencias por parte de mi compañero, lo mire y me largue a reír ante la suposición muy poco probable pero que le daba su tono característico a Takeshi, mi risa paro al ver a Heymans regañando a Takeshi como en los viejos tiempos hay cosas con las que simplemente no podía vivir y una era ver como era regañado Takeshi.
- Heymans - dije para llamar su atención mientras sacaba de un pequeño bolso unas cuantas botellas de sake las cuales acerque - todas tuyas - dije mientras aparecía de la nada un pobre diablo al cual no le preste atención por algo simple, no me importaba.

- Nyeeeee quitate de encima maldito gordo.....- dije mientras utilizaba mi reiatsu para estimular mis musculos, dandome una fuerza sobre humana, iendo levantando poco a poco a mi ex capitan, oyendo en mi mente mi nombre siendo gritado por una multitud, transportandome a un ring de lucha libre donde me encontraba debajo del obeso ex capitan, el cual tenia el pelo mas largo y pintura en el rostro, para ver que yo estaba en simples shorts de mesclilla, mas todo era normal, mientras me mantenia oyendo mi nombre siendo gritado por el publico, iendo poco a poco levantando al ex capitan para ponerlo encima mio en una posicion estilo Atlas y lanzarle a los aires, justo hacia el tipo que acababa de llegar, viendo como caia sobre el suelo solo para ser aplastado con toda la inercia extra por la masa curpulenta que era el gordo mas gordo de todos los seres del mundo espiritual. En poco tiempo me encontraba de nuevo en el lugar donde sentia el ultimo reiatsu de nuestra lider, viendo a Halia sacar sake, - Debo dejar los twinkies...- dije para tomar una de las botellas y beberlas tras rara experiencia mental.

...tengo flojera...en todo caso, buenas Judgecin, tenia tiempo sin verte...ahora parece que somos muchos mas con estas mascaras webonas.

Aunque la verdad es que no son muy utiles, despues de todo...nosotros nos valemos mas que todo de nuestros Shikais y Bankais y ...Chafais (?)...mierda...necesito alcohol...urgentemente...

Dije, mientras reaparecia al lado de Halia, empezando a tomar las botellas que quedaban con avidez, para finalmente lanzarselas a Takeshi y haciendo que estas se rompieran sobre su cabeza...

A ver a ver ........ te ves bien Takeshi

La dama observo a Takeshi siendo aplastado por Heymans, "Aburrido" pensó para si, mientras veia como sus botellas de sake comenzaban a desaparecer en le boca de Takeshi y Heymans, ya les cobraria las botellas más adelante, en especial las que yacían rotas en la cabeza de Takeshi.

- Y que vamos a hacer ahora - dijo con pereza mientras bostezaba, paso una mano por sus cabellos ordenándolos un poco para luego sacar la petaca que tenía entre sus pechos y tomar un largo trago de sake - supongo que no nos quedaremos aquí haciendo nada - los miro un momento y se sento en el suelo apoyándose en una pared - aunque lo más seguro pasara eso - cerro la petaca y la guardó nuevamente entre sus pechos.

- Te juro que yo no fui el que me comi toda la despensa...- hable algo mareado despues de semejante golpe que me habia propagado mi supuestamente ex comandante con las botellas de sake, gastando un buen alcohol en el momento en que lo hacia. - Y pepe el toro es inocente!!! - grite para meterme un fuerte golpe en la cabeza, volviendo a mi cabales, suspirando ante tremendo golpe que me habian metido, sentandome al lado de Halia para recostar mi cabeza sobre sus pechos, descanzandola despues de que semejante chichon en mi frente hubiese aparecido. Por que siempre el desgraciado gordo me maltrataba? - No se la verdad...preguntale al desgraciado gordo lanza botellas...- dije en tono de queja mientras me desvanecia mas entre los pechos de mi compañera Vizard reposando tranquilamente entrando poco a poco en total calma.

...en todo caso, Takeshi maracon, que se supone que haces aqui? Has venido a buscar putas o que demonios? Es que acaso no puedes quedarte tranquilo en un solo sitio o es que de plano eres un maldito puercoespin que nada puede hacer bien?...inutil, eres un pobre nenito inutil de primera, o de ultima en todo caso, provoca partirte en dos y romperte los testiculos por basura...eres basura basura basura...o algo parecido, nunca fuiste muy util, verdad?...reverenda flojera tengo, deberiamos ir a tomar algo mas en un bar o en uno de esos restaurantes caros...seeeeh, mejor, asi el idiota puercoespin invita, si, sera mejor...

Con permiso querida...

En ese instante, apareci al lado de Halia, metiendo dentro de sus pechos la billetera de Takeshi, que habia robado sin mucha dificultad, despues de todo, ya habia hecho eso mismo incontables veces antes...

Vamonos entonces, no hay mucho tiempo que perder en este sitio...ya resulta hasta deprimente...

Ahi comence a caminar, mientras daba un perezoso bostezo que resono por todo el silencioso callejon, haciendo que a la vez un gato saltara por unos arbustos, evidentemente asustado por el ruido que habia generado con el bostezo

Sin mucho que decir simplemente lance una patada hacia al gordo haciendole rebotar contra la pared y tomando mi cartera de inmediato al hacerlo moviendome de alli para evitar el rebote y comenzar a caminar de vuelta a la fabrica. - Mi dinero se queda conmigo gente, asi de sencillo - dije para saltar hacia los postes de luz y comenzar a caminar por ellos moviendome a gran velocidad viendo si es que acaso mis compañeros decidan seguirme pero realmente dudandolo pues conociendo a mi capitan simplemente decidirian el irse de juerga sin mi. Realmente en otra ocasion me gustaria ir con ellos pero en estos momentos no tenia muchas ganas. Solo queria comerme un twinkie o un pinguino, o una dona o cualquier cosa de dulce sabor, moviendome a gran velocidad para volver a la fabrica y esperar que el refri siguiera lleno.