A las afueras de la propia ciudad de Karakura, una casa tradicional japonesa se alzaba, con madera de roble, bien protegida de los ataques.
Un
genkan, a nivel del suelo, daba la bienvenida a la casa, de tejado rojizo de paja bien hecha y bastante dura. Tradicionalmente, había un pequeño armarito, una mesita con un teléfono o algo así, y uin perchero, pues se debía de descalzar cuando se llegaba a casa, y una vez hecho, se subióía al nivel superior, que daba acceso a la sala de estar, a las cocinas, baño y habitaciones.
Al fondo del pasillo, a la derecha estaban el aseo y el baño. El aseo en la casa japonesa está situado lejos del baño y separado de él. Normalmente está en una habitación pequeña tipo caseta y sólo contiene el retrete, y básicamente parece un banco con un asiento de retrete sobre éste. Cuando se entra en el baño, uno lleva tradicionalmente unas zapatillas de plástico o látex en lugar de las zapatillas de casa, y se las quita al salir del baño. Esto es así porque tradicionalmente el suelo de la casa japonesa se considera una zona limpia, y las del baño y el aseo tienen la consideración de zonas no limpias. Mediante el empleo de zapatillas diferenciadas para la casa y el baño, se minimiza el contacto de ambas zonas.
Muchos hogares incluyen al menos un sitio al estilo japonés tradicional, o washitsu. Incluyen suelo de tatami, shōji para sustituir lo que normalmente cubre las ventanas, fusuma (particiones verticales opacas deslizantes) que la separa de los otros cuartos, un oshiire (armario) con dos niveles (para almacenar los futones), y un techo de madera. Puede ser que no esté amoblado y que su función sea la de un cuarto de la familia durante el día y un dormitorio durante la noche. Muchos washitsu tiene puertas correderas de cristal que se abren sobre una cubierta o un balcón. Otros, así como salas de estar, comedores y cocinas, están en un estilo más occidental. Sus suelos están generalmente recubiertos de pisos sintéticos modernos. Los techos son también sintéticos normalmente, y pueden ser blancos o amarillentos. Las ventanas se abren generalmente deslizándose lateralmente, aunque muchas ventanas de la cocina se abren inclinándose hacia fuera.
Toda la casa era decorada con colores claros y no tan claros, como el beige o el añil, añadiendo a lo tradicional un estilo sofisticado especial, de Lenalee Lee, quien por ahora estaba en la sala de estar, a la izquierda del pasillo y entrada, tomando un té verde calentito, mientras veía las noticias en periódico o en televisión, atenta.
La muchacha de cabellos verdes esmeralda oscuros y de mirada dulce, amable y de color lila o lavanda, ponía atención a las noticias, las últimas que dieron en Karakura sobre el Instituto Karakura.
Por ahora vestía ocoon un traje tradicional color aguamarina, con adornillos en flores lavandas que hacían buen juego con sus ojos y su cabello recogido en u¡dos simpáticas coletas con un par de coleteros en forma de flores añiles con bordados plateados.