Duelo nocturno

La mujer de cabellos rubios estaba molesta por las cosas que había dicho el viejo que estaba frente a ella, principalmente porque había tenido el desacierto de compararla con un hombre, cosa que a ella no le parecía para nada educada y más que todo se le antojaba bastante denigrante hastar cierto punto. No había caso. MIrándolo por donde Haruna lo mirara, ese viejo se le antojaba insoportable y no quisiera tenerlo de maestro ni porque la obligasen a tomar clases con él. Ya suponía que un hombre como él sería bastante fastidioso hasta como maestro, no se dijera como padre.

Con paso lento y algo desganado debido a que Haruna empezaba a pensar que todo eso sería aburrido, la shinigami raso del quinto escuadrón siguió su camino para llegar hacia donde se encontraba el hombre con el que pelearía. La luna estaba como siempre reina absoluta adornando el cielo, y ella cada momento que pasaba más desganada al descubrir que no era como las personas normales con ocupaciones normales. Era una hermosa noche en la sociedad de almas y en vez de pasar su tiempo hablando con alguien o distrayéndose, estaba ya estresándose con una batalla que bien podría ser mejor contra un hollow en el mundo humano. Sin duda la shinigami de los cabellos rubios tenía más problemas de lo que parecía, y estos no daban señales de aminorar con el paso del tiempo.

-Muy bien... Antiguamente los duelos eran a muerte, pero dado que se trata de otras épocas y que no hay manera de que una persona derrotada se sienta más humillada que estando viva sabiendo lo que sabe... Pienso que no debemos pelear a muerte como primera cosa; segundo, como no me gusta hacer estas batallas tan largas, pienso que el primero que...- Haruna trazó una línea en el suelo y siguió diciendo- el que cruce la línea del otro gana; tercero, no pelearemos con shikai, sino únicamente con nuestras espadas.- Haruna dijo esto y guardó silencio. Sabía que la forma en la que estaba haciendo las cosas era bastante peculiar, pero ya estaba bien de tantas quejas de su parte. Si quería que eso fuera corto era primordial que hiciera las cosas de esa manera.

La mujer de cabellos rubios no se molestó en refutar aquello que decía el anciano acerca de ser cobarde, pues estaba segura que el discutir con es anciando era tan útil como lanzarle perlas a los cerdos. Las cláusulas de la pelea para ella estaban muy bien y su forma de llevar las cosas según su manera, le parecía excelente, nada le importaba lo que opinase un vejestorio como él. Es que parecía que se pensara la divina pomada, la panacea de la SS y no era más que un ser bastante fastidioso a quien quería cerrar la boca de una buena vez. Es que no había entendido nada, o por lo menos eso parecía. No era por cobarde que no lo retaba a muerte, sino porque si pasaba una desgracia, como que descubran que ella mató a un compañero, se vería envuelta en una serie de problemas que personalmente, la shinigami prefería evitar.

Aceptando ya las pautas del combate, el anciando hizo una revencia y se presentó, acción ante la cual Haruna no hizo nada más que mirarlo detenidamente, pues tenía la impresión de que cuando ella comenzara a hablar, este tipo se marcharía diciendo alguna estupidez dejándola sola y con un sentimiendo de ofensa bastante marcado. No estuvo para nada lejos de la verda, la shinigami de los cabellos rubios, puesto que este, justo cuando ella iba abrir la boca, empezó a decir que se verían dentro de una semana y dos días, cosa que no le gustaba a la shinigami porque ese no era el plan que ella tenía porque... ¿Qué tal si justo en esa semana y dos días ella se conseguía una amiga y quedaban de entrenar juntas? Obvimante esa suposición era un tanto irreal, porque Haruna hablaba con las personas, lo que una estatua con los árboles.

-¡Oye espera! Cómo que te vas? Luego yo soy la cobarde no? La pelea era para el día de hoy y no hay plazos, porque dentro de una semana y dos días seguro tendré algo importante que hacer y no creo que tú lo hayas tomado en cuenta.- Haruna se cruzó de brazo y pateó la hierba bastante molesta mientras decía- La gente no tiene tu tiempo, entérate.

Off
Gomen por la tardanza estaba a full con unas cosas >-<

La mujer de los cabellos rubios había tenido que irse y regresar otra vez porque su enemigo se había marchado así por así dejándola sola con la única indicación de que pelearían luego de una semana. No era muy lindo para ella tener que hacer tal cosa porque no le parecía que ese hombre decidiese la fecha como si el tuviese autoridad sobre ella. Sinceramente estaba pensando que ese hombre iba a ser un contrincante terrible, no por su fuerza, sino por su forma de ser y de expresarse; tan mal le caía que pensaba que seguro ese hombre trataría de hacerla sentir mal con cada una de sus frases poco inteligentes y gastadas, cosa que a ella le empezaría a aburrir, pero ya que había retado a ese ser, tenía que atenerse a sus cláusulas y palabras.

Con la tranquilidad de siempre, la mujer de cabellos largos llegó al campo de batalla y observó la raya que había fijado en el suelo y que ahora estaba cubiera por algo de vegetación. Es que ese hombre se había demorado tanto que era más que obvio que las plantas crecieran al rededor de su línea. Con lentitud la shinigami pasó su vista por el campo de batalla y observó a su enemigo fumando y contaminando el oxígeno que llegaba a sus fosas nasales, algo quiso decir acerca de eso, pero se contuvo, ya que por lo menos ese ser estaba ahí.

-Bueno estamos aquí... Espero no corras como la última vez...- Haruna dijo esto y sacó su zampakutoh para prepararse para la batalla.

El primer ataque que había lanzado la mujer de los cabellos rubios no fue un éxito como ella pensaba. Es que cuando le tocaba atacar al principio sentía que se encontraba en desventaja porque no sabía bien cómo empezar con su movimiento. De todas las cosas que había aprendido, la mujer shinigami entendía que eso era lo que no sabía hacer y no sabría hacer porque no se le daba la gana. Claro que esta actitud era bastante irracional por su parte ya que bien era sabido que siendo la retadora ella tenía que empezar con los duelos y dado que era su costumbre retar a todo el mundo y por todo, lo correcto era que aprendiese.

-NO soy de la edad del pavoy ni tengo complejo de gato,. viejo libidinoso busca antros de perdición. Me da igual si tu tienes más años que yo, porque a los viejos yo no les tengo ningún tipo de consideración, y menos si son unos depravados irrespetusoso como tú.-
Haruna se alteró un poco y luego de darse cuenta de ello se calmó y suspiró para luego decir:

Bueno vamos con esto...- La shinigami movió su espada y haciendo una maniobra de esgrima hizo algo parecido a una media vuelta bastante rápida y tomó su frente en dirección al rostro de su enemigo, llegando a poner su sable a sólo pocos centímetros del rostro del mismo, puesto que no había calculado la distancia. Fue entonces en ese momento en el que ella se dio cuenta de que no debió haber dicho que se quedarían estáticos en un solo sitio, puesto que eso le dificultaba cualquier maniobra. Muy tarde lo había notado.

oFF
Gomen por la tardanza he tenido alguenos problemas u.u

Si había algo que le moslestase a la mujer de cabellos rubios además de tener que lidiar con viejos como su contrincante, era ser interrumpida de forma cruel y grosera, como había pasado con aquella mariposa infernal, que bien hacía honor a su nombre, porque la shinigami sentía unas ganas de maldecir tan enormes que podría perder incluso la mitad de su reiatsu en ello. Cada cosa que se escuchaba por parte de aquella mariposa negra aumentaba en Haruna las ganas y deseos de destrozarla y reducirla a sólo pequeños pedacitos inútiles para seguir con lo suyo, pero entendía que el deber era el deber y que ella no podía pasar por alto aquellas cosas que se le eran solicitadas con aquel mensaje.

-¿Que no haga qué?- Haruna bufó y prácticamente botó humo por los oídos al escuchar lo que decía el viejo y la manera en la que este se refería a ella y lo que este le estaba pidiendo, porque después de todo ella no tenía planeado dejar las cosas pendientes pasara lo que pasara, ella sabía bien lo que tenía que hacer y después de todo... ¿Quién rayos era él para darle órdenes o ponerle apodos? La mujer con un genido más feo que el de antes decidió mejor no seguir perdiendo su tiempo y usó un shumpo para poder llegar al sitio de la misión donde tenían que recibir sus órdenes.

-¡Que tontería es todo esto! ¡Odio que me pongan a trabar así de la nada!- Haruna renegó un poco mientras se marchaba, pues ya sabía que ese asunto nuevo duraría mucho, pero mucho tiempo, demasiado para el gusto de ella en realidad, pero ya nada podía hacer, su comandante era quien mandaba.