Cross vs Ulquiorra

La ciudad de Karakura estaba en pleno luz del día. Las personas parecían felices haciendo sus quehaceres, niños jugando futbol en los parques, adolescentes disfrutando de un helado primaveral, mujeres con bolsas llenas de víveres y hombres con maletines hablando por celular, muy ocupados para detenerse a ver el hermoso día que los rodeaba.

Todo aquello lo observaba Ulquiorra desde su privilegiada vista sobre la ciudad. Había abierto una garganta para ello y ahora esperaba que algun shinigami viniera a ver que había sido ese rompimiento de reiatsu sobre los cielos de la ciudad.

Pero como siempre los Shinigami se demoraban mucho en acudir. Por lo general, Ulquiorra tenía mucha paciencia y hacía todo de acuerdo a sus planes detallos y bien pensados, por lo que a pesar de desearlo se dejó estar en ese lugar sin causar daños significativos como haber lanzado una orda de gillians contra la ciudad, ni haber destruido el centro comercial con un hermosos cero.

Sólo quedaba esperar.

<< Ahí viene.>>

No era dificil sentir el reiatsu de los shinigami cuando utilizaban shumpo para apresurarse. Los Arrancar tambien tenían una cierta habilidad parecida a esa, pero la llamaban sonido. Por ello, sentir que alguien se avecinaba a su encuentro no era dificil de esperar.

Aún tenía las manos en los bolsillos, el viento movía su cabellera negra azabache. No le agradaba mucho el mundo humano, toda esa cantidad de luz era muy distinta a la oscuridad y soledad de las Noches, donde nunca había sol. Aún así, permaneció inmovil, paciente, para que aquel shinigami hiciera acto de presencia de una vez.

Apareció finalmente cerca de él un sujeto de aspecto rudo, de cabellera anaranjada, con un mirar un tanto despreocupado y un reiatsu considable. Ulquiorra lo miró, examinandolo como un cazador examina a su presa. Al menos no habian mandado a un niño inexperto sino a alguien que le pudiese dar batalla. Era justamente aquello lo que Ulquiorra intentaría en ese momento.

El shinigami desenfundo dos espadas extrañas. Una parecía emitir calor y la otra emitía frio. Pero se balanceaban a la perfección. Era la primera vez que Ulquiorra veía algo así y de pronto su interes en ese sujeto se incrementó radicalmente.

- No es propio de los Shinigami tener tal sentido del humor.

Ulquiorra bloqueó cada golpe de ambas espadas con su mano y brazo. Ni si quiera sacó ambas manos de sus bolsillos, con una bastaba. Aquel Shinigami era bastante rápido, algo le decía que su fuerza se radicaba en la rapidez, pero si dejaba que asumiera que podía derrotarlo facilmente, era probable que no le mostrara el secreto de esas maravillosas espadas gemelas de hielo y fuego.

Cuando la ofensiva acabó, el Shinigami se retiró algunos metros. Ulquiorra miró su mano y se dio cuenta de que en su brazo, había un raspón. Aquello lo sorprendió, y bastante. Nunca había estado frente a un Shinigami que pudiese traspasar su grueso hierro.

- Ya veo. Tus zampakutoh son muy fuertes. - Bajó el rostro, sin responder a la pregunta de si era un espada o no. Eso no era asunto de aquel Shinigami, aunque que lo hubiese descubierto le daba puntos a su inteligencia.

Desenvainó a murcielago y la apuntó hacia aquel hombre.

- Me has mostrado tus zampakutoh, lo mínimo que puedo hacer es corresponderte. - La zampakutoh brilló con el sol, dandole un aspecto de algo muy parecido a lo que portaban los Shinigami, o tal vez, eran la misma cosa. - Murcielago.

Y con sonido, apareció al lado del Shinigami e intentó atravesarlo con la punta de su zampakutoh justo sobre su hombro derecho.

Ulquiorra había logrado cortar efectivamente a Cross. Aún así, le llamo la atención que no se moviera con eficiencia para poder evitar un golpe tan básico. ¿Sería que aquel sujeto estaba intentando comprobar la fuerza de su propia zampakutoh? ¿Lo habría tomado por sorpresa el golpe? o simplemente...ese tipo era un shinigami incompetente. No estaba seguro que alguien con zampakutohs tan extrañas pudiese ser basura, era casi imposible que unas maravillas como esas fueran portadas por alguien debil.

Se quedó quieto, dejando que usara Shunpo para alejarse. Lo miró fijamente desde la distancia, cuando utilizó una extraña técnica de esferas azules que se dirijían hacia él.

<< ¿Qué es esto? ¿Es fuego... o es hielo? ¿Quema? ¿Congela? ¿Cual de sus zampakutoh esta accionando esta alteración de reiatsu? >>

No se movió. Alzó una mano nuevamente y evitó el fuego que se desparramaba hacia los costados. Pero de pronto... una tras otra las esferas se volvían más fuertes. Ulquiorra tuvo que defenderse con ambas manos, y aún así... sintió como éstas se quemaban.

<< ¿Qué? ¿Qué es esto? >>

Estaba sorprendido. Aquel Shinigami era lejos el hombre más extraño con el cual había medido fuerzas. Le comenzaba a agradar ese combate. Ese sujeto estaba acrecentando su curiosidad con cada segundo que pasaba. Pero el tema de su velocidad aún estaba en juego. Necesitaba saber cual era su verdadera velocidad para poder concluir que tan peligroso era.

Por ello, sacó su zampakutoh y se dirigió de frente para atacarlo.

Ulquiorra había conseguido herir al shinigami. Su zampakutoh Murcielago había logrado cortarlo pero eso no le importaba. Volvió a envainar su katana y se quedó quieto mirando a la distancia a Cross.

- ¿Aún no te rindes? Esto es inutil...

Sin embargo a pesar de sus cortes, el Shinigami había conseguido la suficiente concentración para atacarlo nuevamente con sus esferas de fuego que parecían ser de hielo al mismo tiempo. Ulquiorra no se inmutó ni un instante mientras observaba con sus manos dentro de los bolsillos la forma en que esas esferas de fuego azul se acerban a él.

De pronto, apenas sacó una de sus manos y golpeó las llamas que se deshicieron en el aire frente a él.

- ¿Este es todo tu poder? - Preguntó con frialdad.

Entonces, algo extraño ocurrió. Al intentar reunir su propia energía para lanzar el cero oscuras, se vo imposibilitado de hacerlo. Por algun motivo, no podía atacarlo, ni si quiera podía mover la mano de su zampakutoh para haberlo atacado con ella.

<< Me ha inmovilizado... su ataque me ha inmovilizado. Que poder tan extraño. >>

Aquellas esferas volvían a dirigirse a Ulquiorra. Aquel Shinigami había utilizado alguna especie de bakudo sobre él, esa era la única explicacion que podía darle a todo eso, pero no estaba seguro. Al ver que las esferas azules se acercaban Ulquiorra concentró su reiatsu y su mano inmovilizada se liberó. Golpeó el fuego azul y este se deshizo frente a él.

- Eres extraño. - Dijo Ulquiorra mientras sacaba la zampakutoh de su vaina. - Es hora de mostrarte mi Resurreción tambien. Encadena, Murcielago.

De pronto Ulquiorra fue rodeado de una especie de nube, o tal vez era humo. A su alrededor comenzaron a caer gotas de reiatsu verdoso y oscuro. La ciudad de Karakura comenzó a temblar por aquella liberación de energía, pero eso no le molestó en lo absoluto a Ulquiorra.

Cuando Ulquiorra volvió a estar a la vista, dos enormes alas negras se habían formado a su espalda y su casco hollow parecía nuevamente completo. Su cabellera negra pareció alargarse y las manchas bajo sus ojos se engruesaron.

- No pestañees. - Dijo Ulquiorra. - No respires. Gastar tiempo en cualquier cosa podría resultar en tu muerte.

Y de pronto desapareció y en menos de una fraccion de segundo se encontraba a espaldas de Cross con su mano levantada.

- Cero Oscuras.

Ulquiorra se sorprendio de que aquel golpe no hubiese matado de inmediato al shinigami. Por lo general, un cerod e esa embergadura habría podido destruir las noches, de hecho... estaba prohibido utilizar ceros cuando los espadas habían utilizado su resurrección.

- Debo admitir que me sorprende que estes vivo. - Dijo Ulquiorra mientras observaba con desinteres al shinigami. - Pero es mejor de esta manera, así puedo observar como reaccionan ustedes ante este tipo de energía.

Era interesante ver si los Shinigamis se sentían exhausto por la presión de energía espiritual o no. Sin embargo, Ulquiorra tambien quería aprovechar de ver que tan rápido podría reaccionar a un ataque cuerpo a cuerpo con el tipo de velocidad que había ganando con la resurrección.

- Ahora verás la diferencia entre nuestro poder y el suyo.

Y de pronto, una lanza de reiatsu azulesco apareció en su mano y de un instante a otro estab ajusto frente al shinigami intentando atravesarlo con ésta.