Casa de Athena

Pude notar su nerviosismo, sin hacer caso omiso recargaba mi cuerpo hacia atrás, casi dormitaba debido a la sensación que me provocaba su piel, sus manos se paseaban un poco bruscamente a lo que arranco una pequeña sonrisa en mis labios ya que me provocaba algo de cosquillas.

- Así está bien…

Me relajaba ladeando mi cabeza, me recostaba prácticamente sobre su busto, no me había sentido tan tranquila y relajada desde que conocí a esa chica… la que podía pasar a decir sinceramente que era mi amiga. Respiraba tranquilamente sintiendo como nuestros cuerpos se movían constantemente, abrí los ojos por un momento y recordé que me había mencionado que la bañera tenía hidromasaje, me separe levemente accionando esa función y de vuelta me acomodaba sobre ella.

- Creo que estaremos más cómodas las dos... además puedes continuar enjabonándome

Segui frotando la pastillas en el vientre de Kikyo, me sentia muy acalorada por el calor del agua y por los movimientos, pero era involuntario, yo no queria sentirme asi. O al menos eso pensaba, por que en el fondo me gustaba la sensacion. Ella me aceptaba en como se lo estaba haciendo, y apoyo su cabeza en mi busto, ademas de accionar el hidromasaje...

Ah....

Me tape rapidamente la boca, me mori de verguenza, solo esperaba que no me hubiera escuchado. No podia permitir que yo era una... no me salia ni la palabra de la verguenza. El hidromasaje seguia y yo intentaba cerrar las piernas pero estaba el cuerpo de Kikyo, me moria los labios detras de mi mano, esta sensacion me iba a volver loca

Tu... como estas??

Intentaba desviar la conversacion a otro lado, y de paso seguir siendo amable, pero esta sensacion me iba a matar, pero de placer... ya que yo nunca habia hecho nada de esto, quizas mis hormonas estaban despertando ante tanto roce.....

Me recostaba de nuevo en su cuerpo, pero ahora las cosas eran diferentes, las burbujas en el agua se accionaban rozando ambos cuerpos entre nosotras, incluso Athena llegaba a chocar casi cerca de mí… me petrifique por que ahora el sonrojo de mis mejillas se marcaban abandonando por completo la idea de la broma, mi amiga me abrazaba para seguir enjabonándome, apretaba las piernas respirando más agitada, el flequillo de mi cabello caía mojado evitando que notara mi expresión.

Ni una ni otra deseaba que supiera lo que experimentaban nuestros cuerpos, no sabía cómo detenerme y al tratar de hablar mi voz se ahogaba por evitar que se escapara un sonido que ni yo misma aceptaba a creer, con esfuerzo me hundía en su cuerpo pegándome más…

- Estoy… estoy… bien….

Yo no entendia nada de esta situacion, y aunque supiera lo que estaba pasando entre nosortos no sabria como seguir por que ni habia estado con hombres. Heche mi cabeza hacia atras y comence a bajar mi mano, solte el jabon sin querer y ahora era la mano que bajaba por su vientre, cada vez mas y mas, hasta que podia tocar los bellos de rodeaban su parte interior, hasta que roce su sexo.

Ah!! Lo siento!!

Me di cuenta de lo que acaba de tocar, de seguro ella me odiare, me levante corriendo y fui a la otra parte de la bañera, justo en frente suya, ahora ella me veria como un bicho raro, como si quiseria algo con ella, yo realmente no sabia lo que pasaba, mi mano se movia sola, ella seguro que odiaba las chicas como yo

Esto! No pretendia tocarte! Osea.... esta mal! Bueno no.. estaba bien, se sentia bien.. pero!! No soy de esas! Bueno no lo se tampoco, nunca estado con nadie, no se hacer, y... y... y...

La chica hablaba muy nerviosa, al mismo tiempo cerraba las piernas no queria que notara lo que me pasaba en mi zona intimida que estaba mas humeda de lo normal

Respiraba agitadamente, no me controlaba del todo y provocaba que me sintiera más nerviosa, la mano de mi amiga comenzó a descender pero podía haberlo evitado y no lo hice… esto era nuevo incluso para mí que en mi inconsciencia dejaba que me tocara hasta que…

- Ah!!!

No pude evitarlo grite pero más que un grito fue un suave gemido, me agache cubriendo mi rostro con ambas manos de lo avergonzada que estaba, Athena se había apartado pidiéndome disculpas, yo no la veía… no podía hacerlo aunque quisiera… era suficiente había causado una primera impresión bastante pésima, no sabría si sentiría la misma confianza hacia a mi persona decidiendo algo totalmente drástico. Mi voz se ahogaba controlándome…

- No te disculpes… yo no… creo que es mejor que me vaya… lo lamento demasiado no quería …

Me gire buscando rápidamente una toalla… no sabía que hacer.

Sali nerviosa de la bañera y le acerque una toalla a Kikyo, no queria que hubiera mas malentendidos entre nosotros ni que me mirara de forma rara, asi que le di la toalla y yo tome la mia para taparme y secarme, abri la puerta del cuarto de baño y todo el vapor salio fuera, desde el pasillo entraba un frio algo incomodo y es que el cambio de temperatura era grande

Yo me visto y me marcho, debo ir un momento al hospital para ver a mi jefe!

Decia algo nerviosa mientras me inclinaba disculpandome, algo que habia aprendido de los japoneses, luego sali hacia mi habitacion para ponerme mi ropa todo rapida, mi vestido blanco era hermoso, ademas con esa pulsera de plata caracteristica de los quincy, ya estaba lista, asi que fui a la salida no sin antes despedirme, aunque lo hacia a voces

Me marcho!! Cuida de la casa!! Y termina de ducharte!!

Cerre la puerta y comece a correr con bastante elegancia mientras sentia reiatsus bastante extraños en la zona

Quería salir para evitar esa situación cuando sin esperármelo Athena se me adelantaba por mucho acercándome la toalla, quería decirle que no se preocupara y que todo era un malentendido pero sin darme la oportunidad ella se había marchado disculpándose varias veces. Sólo alcance a oír los ruidos que hizo antes de marcharse de la casa dejándome sola.

No sería una molestia y lo primero que haría era buscar algún otro lugar, no permitiría que se confundiera por ese tipo de cosas, tome la toalla enrollándola sobre mi cuerpo y fue cuando las serpientes entraban avisándome lo que sucedía…

Solo tomaba mi ropa sin secarme del todo, presurosa me colocaba solo un suéter holgado blanco y unas mallas, no pensaba que al dejar la casa no podría recuperar mis cosas ni siquiera tenía la manera de contactarme con mi amiga. Sin pensarlo abandone la casa portando mi arco y flecha por mas extraña que me viera en ese sitio.