Toodos los dias lo mismo, el mismo despacho, el mismo seireitei, el mismo senzaikyuu que tanto observaba, la misma gente... Decidí ir a dar un paseo por karakura para observar que tal estaban los humanos. Cuando travesé el portal senkai, vi a una alma de una niña, de unos diez años de edad. Estaba llorando y la cadena de su pecho aun estaba intacta. La pude ayudar a volver a su cuerpo, y retomo su vida desde donde la dejo. Salí otra vez a la calle, esta vez postrando mis ojos en el rio.
-Esto es un aburrimiento... el mundo real... la sociedad de almas... todo es el mismo rollo... ¿Cuándo habrá algo de acción?
Me preguntaba con un tono melodico, prueba de molestia, cerrando los ojos escuché como el rio producia aquel sonido de agua arrastrada que tanto me relajaba. Los coches no paraban de circular por aquella zona y entorpecian mi actividad, asi que decidi desplazarme hacia otra zona de la ciudad.
-Bueno... haber que hay por aquí...