Cavernas cerca del Bosque de Menos

Cerca del bosque de Gillians se encontraba un sin fin de acantilados y demasse en los cuales se sabía algunos Adjucas recien formados se escondían. Por lo general, esa parte de Hueco era un caos costantemente en guerras. Los Adjucas se comian entre ellos, formaban estupidas alianzas, armaban complots y traiciones, todo... con el mero proposito de volverse un poco más fuertes, tener un poco más de determinación para romper las máscaras hollows que les cubría el rostro.

Ulquiorra no recordaba a la perfección sus días como adjucas, sólo sabía que habían sido solitarios y oscuros. No tenía memoria de haber cruzado palabras con otros Adjucas... al parecer, su reiatsu los hacía morir y unirse a él sin que se lo propusiera. Pero esos días estaban muy atras.

Observó como se acercaba un adjucas con su máscara en el rostro, su cuerpo era un tanto animalesco y carecía completamente de sentido común, pues avanzaba hacia él de forma amenazadora. Ulquiorra si ni quiera necesito sacar su zampakutoh, apuntó su mano en su dirección y una bala le destrozó la mitad del cuerpo.

El resto intentó escapar con rapidez, pero Ulquiorra sólo necesitaba levantar la mano para destruirlos. En un par de minutos, todas las cavernas estaban vacias, los adjucas se habían unido a Ulquiorra.

<< El tan preciado Silencio tiene un precio, ustedes lo han pagado el día de hoy. >>

Le dio la espalda a las cavernas y siguió su camino. Aún había muchos Adjucas que encontrar por los alrededores.