Violetta vs Lal Mirch

El gélido viento soplaba suavemente. La noche había caido, en el cielo solo se podían observar pequeñas y dimuntas luces, las estrellas, que poco alumbraban. El lugar, solitario... Una de esas calles abandonadas del Rukongai. Mientras caminaba, sus botas negras rozaban el alvero, produciendo un sonido que normalmente no se escucharía, pero debido al silencio sepulcral, se apreciaba bastante bien. Nadie quedaba en esa parte del distrito, estaba totalmente abandonado. Restos de casas, escombros, maderas... Ni rastro de vida por allí.


Caminaba muy decididamente, la noche se presentaba intensa. Sus manos estaban cerradas, tensas, y sus ojos estaban llenos de determinación. Su cuerpo entero estaba alerta, como siempre. Cubrida por su gran capa blanca, no tenía ningún frio, que se mecía con este. También se mecía su pelo punteado, y azulesco. Su zampakutoh, Amateratsu, se movía mientras caminaba debido al paso ligero de la Capitana. Mirando con cautela, esperando la aparición de alguien. Había sentido un reiatsu mientras paseaba, y le pareció sospechoso encontrar a alguien por allí.

Y pudo ver una sombra sospechosa. Agarrando a Amateratsu, preguntó en tono imperativo:

-¿Quién hay ahí?

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#1 'Inicio' : 5

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#2 'Reiatsu' : 15

Los pasos de Lal Mirch eran cautelosos. Y sus sentidos no la engañaban, de nuevo acertó. Una presencia oscura y reconocible estaba ahí, a solo unos pasos de ella. Un espada. Se le apareció con un sonido, y después de mirarla de arriba a bajo, se presentó: era la quinta espada, Violetta. En sus años de búsqueda, había estado muy apartada de todo, sentía que no estaba al día como los demás...Pero eso se acabaría pronto. Al instante, retrocedió tres pasos, sujetando su zampakutoh, no sabía cuando iría a atacar su enemiga.

Era increible a veces, el aspecto de los Espadas. Aquella Espada tenía el pelo rubio, largo y sedoso, su rostro, hermoso y de aspecto juvenil. Criaturas formadas para hacer el mal, podían llegar a ser realmente hermosas...Y mirandola fijamente, desde la distancia, le dijo:

-Soy Lal Mirch, capitana del cuarto escuadrón- su capa blanca estaba alborotada con el viento, su ropa de shinigami, era mas bien diferente a lo de los demas, caracterizada por sus piernas descubiertas, pero es que a ella le impedía el movimiento el hakama tradicional. Sus ojos de color caramelo, fijos en su objetivo, decían claramente que esa noche no iba a perder...

-No perderé...

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#1 'Inicio' : 10

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#2 'Reiatsu' : 16