Shuuhei cerró el libro con cuidado. Por aquella mañana ya había leído suficiente. Lo dejó a un lado y se puso en pie, echando un rápido vistazo al reloj que estaba encima de la puerta principal de su habitación.
Era aún temprano a decir verdad. Shuuhei llevaba pensando unos días acerca de los Arrancar, esos hollows que habían obtenido el poder de los shinigamis, incluso portaban su propia Zampakutoh. Su propio capitán, Edward, ya le contó hace tiempo sobre una pasada guerra contra los Arrancar en la que él mismo participó.
Tragó saliva y se puso la parte de arriba del uniforme de Shinigami. Ahora mismo iria al despacho de su capitán para intentar hablarlo con él, pués además, ocultaba algo, ya que muchas veces evitaba el tema o encaminaba la conversación hacía otro tema que no tenía nada que ver.